martes, 6 de diciembre de 2011

Capítulo 3

Ahora sí, de lleno en la trama. Sin más que agregar, los dejo con el capítulo.



Capítulo 3: Ondas Cerebrales



El calor fue aumentando progresivamente a medida que el verano avanzaba. Los días de Lucas se dividían entre sus estudios durante las mañanas y sus nuevas actividades deportivas en las tardes. Aunque tenía todo su tiempo ocupado, el recuerdo de su último sueño no se alejaba de su cabeza. Trataba de encontrarle algún significado, pero estaba totalmente desconcertado. Se preguntaba si era un sueño premonitorio, como había sabido en Nixia que podían ser los sueños, o si tenía algún significado más profundo, como una metáfora o una advertencia.

En cierta medida las tardes en el gimnasio hacían que olvidara momentáneamente sus preocupaciones. Tres veces por semana jugaba pelota con sus amigos y otros chicos del club, previamente chequeados por la Guardia Imperial. Aunque algunos padres se quejaron, en general no había problemas con las nuevas medidas de seguridad implementadas, y entre los que frecuentaban la cancha Lucas rápidamente fue adquiriendo fama de gran jugador. Los días que no veía a sus compañeros la pasaba escalando en el muro con Diana. Era la actividad que más disfrutaba. Aunque la chica era su compañera de juegos desde hacía varios años, los últimos días los habían hecho acercarse de otra manera. Lucas sabía que podía confiar en ella para cualquier cosa, y había llegado a contarle sus temores más profundos, incluidos sus sueños.

- Pues a mí se me parece que el fuego algo debe significar – le dijo Diana cuando el príncipe le contó el último encuentro con su madre. - Obviamente la carrera tiene relación con el gimnasio, pero el fuego es el mensaje central del sueño.

- ¿Qué quieres decir con “mensaje central”? - preguntó Lucas.

- Bueno, creo que tiene algún significado de importancia. El paisaje no se incendia porque sí en la realidad, ni creo que te vayas a quemar con nada. Me parece que se refiere a ti huyendo de tus problemas o preocupaciones, los que finalmente te alcanzan, me parece. Quizás tenga algo que ver con los totemos.

- La verdad ni me he acordado de ellos últimamente. No lo sé, no creo que tenga que ver con mis problemas, de hecho por primera vez la paso tan bien un verano. Debe ser otra cosa.

- Lo que sea no lo dilucidaremos ahora – dijo Diana incorporándose, - además es mi turno de escalar, así que asegura bien esa cuerda, si no quieres que me caiga.

Lucas siempre finalizaba su día solo en el gimnasio, con varias vueltas de nado en la piscina temperada. De esa manera lograba relajarse y tranquilizar su cabeza. Sentía como su cuerpo iba fortaleciéndose sostenido por el agua a medida que avanzaba, y como sus preocupaciones se iban al fondo. Pensaba en su madre de manera afectuosa, y en Diana, y Eneas, y sus amigos, y reflexionaba sobre la manera que su vida había cambiado desde que viajo a Nixia hacía un año.

Fue durante una de esas sesiones de natación en solitario que Lucas recibió la visita de su mayordomo Eneas. Pero no venía solo. A través del agua que le pasaba por la cara durante la brazada de crol, el príncipe pudo distinguir dos figuras que acompañaban a su mayordomo y en seguida reconoció de quienes se trataba.

- ¡Walter! ¡Gastón! - les gritó desde el agua, mientras nadaba hasta la orilla. - ¡Qué sorpresa que estén aquí! ¿Cómo hiciste que entraran Eneas? Pensé que la Guardia tenía controlado el acceso mientras estaba aquí.

- Pues la Cofradía Solar también tiene sus contactos, Príncipe, y buenos amigos en la administración de este gimnasio – intervino Gastón mientras Lucas salía de la piscina y tomaba una toalla. - Me alegro de volver a verlo, ha crecido mucho desde la vez que lo conocimos.

- Gracias, también me alegra volver a verte – respondió Lucas estrechando las manos de los hombres. - ¿Cómo se encuentras tu herida?

- Ya está curada totalmente, no fue nada comparada con el éxito que tuvimos en Nixia, gracias a usted. Pero queremos hablarle de un asunto muy importante, que pensamos que no puede esperar – dijo Gastón.

- Se trata de algo relacionado personalmente con usted – siguió Walter. - La verdad es difícil decirlo de manera que no le afecte.

- No me asusten – dijo Lucas con cara de preocupación - ¿De qué se trata? - todos se sentaron en unas bancas a un costado de la piscina.

- Walter y Gastón – intervino Eneas – realizan labores de inteligencia y logística para la Cofradía.

- Claro – respondió Lucas, - como sacar el totemo que encontramos en Nixia, ya me había dado cuenta de ello.

- Sí – continuó Eneas – pero después de eso les encargué que hicieran una investigación. La verdad quedé muy preocupado con lo que me contó sobre los sueños con su madre – Lucas se movió en su asiento, - no quiero que se moleste, pero como usted mismo dijo, esos eran algo más que sueños. La exactitud de la información que le daba no podía ser casualidad, y yo la verdad no soy muy supersticioso. Pensé que debía existir alguna explicación lógica.

Lucas lo miró muy contrariado. No le gustaba que la poca gente a la que le había hablado de sus sueños con su madre cuestionara su veracidad. Su infancia solitaria, encerrado en sus aposentos de palacio y alejado de la presencia de su padre, había sido más soportable gracias a las visitas que le hacía la fallecida emperatriz por las noches. Ella realmente lo había tratado como a su hijo, lo había consolado cuando estuvo triste y lo había aconsejado en sus momentos de duda. Era muy cariñosa con él, y Lucas pensaba que de alguna manera había encontrado la manera de no dejarlo solo. La explicación de este hecho no le preocupaba en realidad, y sólo se alegraba de que ocurriera. Por otro lado entendía que Eneas tuviera dudas. Además sabía que la única preocupación de su mayordomo era su seguridad, así que dijo:

- Entonces, ¿encontraron alguna explicación?

- Bueno, tenemos una sospecha – dijo Walter. - Supongo que nunca escuchó hablar del Proyecto Delta.

- No, nunca hasta ahora – respondió Lucas.

- Bueno, hace unos siete años empezaron a correr extraños rumores en ciertos círculos intelectuales y científicos – dijo Gastón. - Se decía que el Ejército Imperial estaba realizando experimentos con algo llamado Transmisión Sensorial. Los que supieron de esto comenzaron a llamarlo Proyecto Delta, pero en realidad no se sabe el nombre real. Al parecer se trata de un aparato que emite ondas que se sincronizan con las ondas cerebrales de una persona o de un grupo de personas. Se supone que modulando estas ondas se podría inducir sensaciones como miedo o euforia.

- El objetivo del ejército habría sido usar el aparato como arma, induciendo miedo en las tropas enemigas, y euforia y valor en las filas propias – continuó Walter. - Se dijo que los experimentos tuvieron cierto éxito, por lo que continuaron avanzando en sus investigaciones. Incluso se rumoreaba que había llegado a transmitir imágenes al cerebro de los receptores, provocando alucinaciones.

- Hace unos días averiguamos que en el planeta Piros existió un laboratorio del ejército dedicado a la investigación neurológica – siguió Gastón. - Cuando tratamos de obtener mayor información encontramos cerrados todos los canales. No sólo se trataba de la confidencialidad habitual de los asuntos militares, sino que había desaparecido toda mención a ese laboratorio de todas las fuentes oficiales. Era tal la falta de información que llegamos a pensar que el laboratorio era sólo un mito.

- Pero gracias a algunos contactos de la Cofradía – intervino Walter - pudimos entrevistar a tres ex-soldados que decían haber sido voluntarios en esos experimentos. Las coincidencias en sus relatos, sin ninguna contradicción, nos hizo creer que que lo que relataban era verdad. Básicamente corroboraban los rumores. Obviamente no tenían mayor información que su propia experiencia, pero nos dijeron que el encargado de los experimentos era un científico con un nombre clave.

- Le llamaban Profesor Z, y al parecer era bastante despiadado – siguió Gastón. - Lo otro que nos dijeron es que hubo un accidente bastante grave, aunque no tenemos ningún detalle de él, pero como resultado el laboratorio se cerró, y no quedó ningún rastro de él en Piros.

- ¿Y por qué en Piros? - preguntó Lucas.

- El planeta Piros es la base principal del Ejército Imperial- intervino Eneas. - Allí se encuentra el grueso de las tropas y el equipamiento militar. Está la base del estado Mayor, los cuarteles de inteligencia, las fábricas de armamento y los talleres de reparación. También los laboratorios de investigación y los centros de entrenamiento.

- Y también la Academia Militar, eso lo sé - dijo Lucas. - Pero, ¿qué tiene que ver con mis sueños? -preguntó, aunque adivinaba la respuesta.

- Nuestra sospecha, y ahora entramos en el terreno de la especulación – dijo Gastón – es que los experimentos siguieron avanzando en otro laboratorio, y lograron transmitir mucho más que imágenes estáticas.

- ¡Claro! - interrumpió Lucas, con la molestia reflejada en su rostro y en su voz – y piensan que mis sueños son transmisiones enviadas a mi cerebro no sé con qué fin.

- Sólo es una suposición, Alteza – se apresuró a decir Walter.

- Entienda que es una explicación bastante plausible – dijo Eneas – y hasta ahora la única que tenemos. Creemos que lo hicieron para inducirlo a encontrar el totemo en Nixia.

- ¿Qué lo hicieron? - Lucas levantó la voz ya francamente enojado – ¿y quiénes lo hicieron?

- Creemos que su padre....

- ¡Basta! - gritó Lucas mientras se levantaba y caminaba en dirección a los camarines - ¡No quiero seguir escuchando!

- Pero su Alteza...

- ¡Dije que no quiero seguir escuchando!

Lucas salió rápidamente del área de la piscina mientras Walter, Gastón y Eneas lo miraban. Se vistió y salió directamente en dirección al deslizador que lo esperaba afuera, sin despedirse de ningunos de los empleados del gimnasio. Ya en camino a palacio comenzó a serenarse, pero no podía dejar de pensar en la conversación. ¿Cómo podían decir que su madre era sólo una transmisión para tratar de influenciarlo? Ellos no tenían idea cómo era ella, cómo eran sus encuentros, cómo lo trataba. Pero, por otro lado, ¿qué sabía él? ¿acaso tenía alguna idea de cómo podía ser que ella estuviera a su lado? ¿acaso su padre no era capaz de eso? Esperaba que no, pues ese sería el desprecio definitivo de él, usar sus sentimientos y su soledad sólo para conseguir sus objetivos. Pensó que no lo conocía lo suficiente para responder esa pregunta. Se dio cuenta que su imagen de su padre estaba construida más bien en base a sus propias esperanzas, aunque también en base a lo que había sabido en Nixia ¿Era su padre en realidad un tirano? Su propia experiencia le decía que sí, pero se negaba a aceptarlo completamente.

Lucas llegó a palacio y fue directamente a su cama, rechazando la cena que ya se encontraba servida en su comedor particular. Sumido en sus pensamientos tardó mucho en dormirse a pesar del cansancio que le producía la gran cantidad de ejercicio que había hecho en el día. Abrió los ojos. Estaba de pié en la pradera donde habitualmente se encontraba con su madre. Pero esta vez el cielo no era azul, ni la brisa soplaba plácidamente sobre los pastizales. Negras nubes oscurecían todo, movidas por un furioso viento que arrastraba hojas y briznas de hierba. Su madre se le acercó con su vestido agitándose furiosamente.

- Lucas, hijo ¿qué te pasa?

- ¿Quién eres? - las lágrimas se asomaban por sus ojos.

- Tú sabes quien soy.

- ¿Lo sé? ¿en serio? - dijo Lucas sarcásticamente - ¿ Y cómo puede ser que estés aquí, en mis sueños?

- Eso es algo que aún no debes saber.

- ¿Por qué? ¿Acaso es cierto lo que me dijo Eneas, que eres sólo una transmisión en mi cerebro?

- No lo soy – ahora las lágrimas se asomaban en los ojos de su madre.

- Entonces dime, ¿qué eres? ¿de dónde vienes? Necesito saberlo.

- Lo sabrás en su momento, créeme. Es complicado – se acercó a Lucas, tocándole el brazo. El chico lo retiró rápidamente.

- Déjame, no te creo.. Quiero salir de aquí.

- Pero hijo...

- ¡No me digas así! ¡Quiero salir de aquí! ¡Quiero despertar!

- Despierta entonces.

Lucas abrió sus ojos. Se encontraba de vuelta en su habitación, completamente a oscuras. Inmediatamente se arrepintió de lo que había dicho.

- ¡Mamá, no, por favor vuelve! - exclamó en la oscuridad - ¡Perdóname, no quise decir eso!

Pero nadie respondió sus palabras. Cerró los ojos y trató afanosamente de dormir, lo que logró cuando ya amanecía, pero no volvió a soñar con su madre.

© 2011 Marcos Scotti D.

1 comentario:

  1. Aw... Qué pena de final u.u Yo de verdad no creo que ella sea fruto de esas ondas, o quizás sí pero son fruto de algo que ella misma dejó antes de morir... Bueno, mejor no me hago teorías jaja
    Y estoy segura de que el emperador no es tan malo como todos lo pintan ^-^

    En fin, ya me he actualizado jeje =D
    ¡Que tengas un feliz comienzo de año! Un saludo =)

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