martes, 8 de noviembre de 2011

Capítulo 1

Bien. Aquí comienzo una nueva etapa en esta tarea que me he empeñado en realizar, que es escribir una historia que pueda quedar de recuerdo para mis hijos, nietos, bisnietos, etc. y también para mis amigos, cercanos o lejanos, antiguos o nuevos. Quiero contarles que hace tiempo que no me entusiasmaba tanto en una labor, y espero que pueda transmitir eso en estos escritos.

Como corresponde al primer capítulo de una segunda parte, es básicamente de recapitulación, con algunos indicios de lo que le espera a Lucas.

Basta de preámbulos, aquí va el capítulo.



Capítulo 1: Nuevas Expectativas

El comienzo de las vacaciones no fue muy auspicioso para Lucas. Cualquiera podría pensar que en su calidad de príncipe heredero del Imperio del Sistema Estelar de Antiqua tendría en perspectiva una larga y entretenida lista de actividades para realizar, más aún tratándose de un joven en plena entrada a la adolescencia, próximo a cumplir los trece años. Pero nada más alejado de la realidad. Cuando Eneas, su mayordomo personal, y su amigo desde las aventuras que pasaron en el planeta Nixia el año anterior, le dijo que ya habían renovado el equipo de tutores que lo prepararía para el próximo año de estudios, su desazón aumentó.
- ¡Pero si pasé todo el año estudiando! Tu mismo dijiste que te había sorprendido. Pasé todas las materias y hasta saqué Sobresaliente en dos de ellas. No entiendo por qué tengo que estudiar en el verano – le dijo Lucas.
- Son los deseos de su padre, me lo dejó bien en claro en la entrevista que tuve con él cuando volvimos de Nixia – respondió Eneas. - Anímese, pienso que puede sacarle mucho provecho a esta oportunidad, si escogemos materias relacionadas con su próximo año de estudios. El Colegio Protocolar no profundiza en el estudio de las ciencias, y yo quería proponerle que considerase asistir a la Academia de Ciencias de Silvana.
- Pero en realidad yo no sé mucho de eso – contestó Lucas. Se puso a pensar en el profesor de Ciencias de Nixia, Juis Santos, pero no era por sus clases por lo que más lo recordaba, sino por el incidente con el Acta de Fundación que bien pudo costarle la expulsión del Colegio Protocolar.
- Recuerde que le fue muy bien en Astrografía – continuó Eneas. - Si mal no recuerdo es una de las materias en que sacó Sobresaliente. Además hay otras ciencias que le pueden ser de interés, como Historia o Paleontología.
- Pues no lo había pensado. Creo que la historia también me atrae, especialmente los primeros años de la fundación de Antiqua, cuando los Mensajeros trajeron los Cinco Totemos.
- Lo conozco, príncipe, y sé lo que está pensando. Quiere buscar el Totemo de los Bosques Fríos en Silvana, pero creo que ya pasó suficientes peligros con el primero. Además tenemos un equipo de la Cofradía Solar en cada planeta buscando los totemos faltantes.
- ¡Vamos Eneas, los han buscado por doce años! No habrían encontrado el de las Nieves Eternas en Nixia si yo no los hubiese ayudado.
- Eso fue porque su madre fue discípulo del Maestro que custodiaba ese totemo. Pero ella no sabía la ubicación de los otros, así que me temo que no nos pueda ayudar de la misma manera.
- Bueno, pero aún pienso que algo puedo hacer. Silvana es tu planeta natal y supongo que conoces mucha gente. Formaríamos un gran equipo.
- Qué bueno que recuerde eso, porque he pensado en algo que puede alegrarlo. Pretendo enviar a mi hija Diana a estudiar también a Silvana. Ella podrá conocer sus raíces, pues era muy pequeña cuando vinimos a vivir a Alfa. Hasta podrían ser compañeros de curso.
La noticia en realidad alegró mucho a Lucas. Diana era sin duda su mejor amiga, y aunque en Nixia conoció otros muy buenos, no pudo evitar echarla de menos. De vuelta en Alfa, esperaba con ansias los momentos en que ella llegaba a hacerle compañía. Después de las aventuras y problemas que había tenido en el Colegio Protocolar, o quizás porque estaba creciendo, Lucas ya no sentía atracción por los juegos infantiles que había compartido con su amiga, y al parecer a ella le pasaba lo mismo. Ahora pasaban la mayor parte del tiempo juntos conversando. Ella insistía que él le contase todo lo que le había sucedido el año interior, sin parar de interrogarlo. A Lucas, lejos de molestarle, se sentía muy contento, y trataba de recordar todos los detalles. Durante varias tardes de verano le contó sobre el prendedor con forma de estrella que le había dado su padre y los problemas que le trajo. También sobre su participación como representante de su amiga Gracia en el Juicio de Réplica, y la sorpresa para todos de saber que la chica provenía del planeta Eolia. Además sobre la aventura y casi tragedia en la caverna del Ursus del Parque de Tram. Incluso le contó cómo había sido perseguido y secuestrado, cómo habían escapado del satélite natural de Nixia, Gelucoria, y cómo finalmente habían descubierto la ubicación del Totemo de las Nieves Eternas. Tomó la precaución de omitir que Eneas pertenecía a la Cofradía Solar, pues al ser Eneas el padre de Diana decidió que no le correspondía hacerlo. Tampoco le contó que esa Cofradía se dedicaba a proteger el secreto de la ubicación del planeta Tierra, cuna de la humanidad, y que por eso buscaban los Cinco Totemos. En todo lo demás Diana lo escuchaba atentamente, pero no dejaba de interrumpirlo cuando no entendía algo:
- Explícame bien – le decía - eso de la cofradía de la estrella esa...
- De la Estrella Solitaria – precisó Lucas.
- ...no entiendo bien el papel que tiene en la historia, ¿sabían o no dónde estaba el totemo ese?
- No, ellos, digo nosotros, nos dedicamos más bien a cosas del colegio. No te quiero contar mucho, se supone que es secreto. Al final el totemo lo encontramos con una gran dosis de suerte, aunque me parece que la información estaba ahí, de alguna manera, escondida o perdida, no sé como expresarlo.
- Y tu madre te daba las pistas en tus sueños. Es un poco increíble – dijo Diana descuidadamente.
- Sí, pero es verdad – respondió Lucas un poco molesto. - Todo lo que me decía resultaba cierto, o por lo menos ayudaba.
- Claro, disculpa. Lo que me pregunto es de qué se trata eso. ¿Crees que sea el espíritu de tu madre el que te habla? Yo lo he pensado bastante y no se me ocurre otra explicación.
- Yo no sé nada de espíritus, y no quiero saberlo. Me basta con saber que puedo verla y estar con ella – dijo Lucas con los ojos húmedos.
- Pero sígueme contando de tu cofradía, – respondió Diana cambiando de tema, como siempre hacía cuando Lucas se ponía así – todavía no entiendo bien que hacen ¿entonces es como un club de chicos que se reúnen para hablar de deportes y esas cosas? Si es así no le encuentro mucho atractivo.
- No, para nada, te digo que no te puedo contar mucho de eso. Pero puede que tú misma lo veas. Tu padre me ha contado que en Silvana también existen las Tres Cofradías, y que allá me podré integrar. Quizás consiga que ingreses, entonces tendrás tu nombre y tu propio báculo. Espera – exclamó Lucas, levantándose del sillón en que se encontraba – te mostraré el mío.
Lucas salió corriendo del salón, en dirección a su habitación. En menos de un minuto volvió, y traía en sus manos el brillante bastón que había recibido cuando ingresó a la Cofradía en Nixia. Se lo entregó a su amiga.
- Vaya, es estupendo, me gusta mucho – dijo ella. - Esta estrella se parece mucho a tu prendedor, y ¿qué dice aquí? - leyendo - “Ursus Valeroso” ¿Qué significa?
- Es mi nombre en la Cofradía.
- ¿En serio? - dijo divertida - Disculpa, no me quise reír, no me mires así, – hizo un esfuerzo por ponerse seria – Ursus es el animal que los atacó en el parque, ¿no es cierto?
- Y que después nos salvó cuando recuperamos el totemo. Fue una coincidencia que apareciera en ese momento, aunque este último año me ha hecho no creer mucho en coincidencias.
- Ursus es el nombre científico del oso, un animal que hay en otros sistemas estelares, no sabía que aquí también había una especie. Aunque leí que eran más pequeños de lo tú me cuentas. Probablemente sea una variedad modificada genéticamente para sobrevivir en Nixia.
- ¿Genéticamente? ¿Qué significa? ¿Cómo sabes todo eso? - le preguntó Lucas, extrañado.
- Es que en el colegio tomé un electivo de ciencias, y vimos mucha zoología – contestó Diana. - Me encanta la biología, por eso estoy muy contesta de ir a Silvana, ¿tú no?
- Bueno, creo que también, aunque lo mío más bien es la astrografía, o la historia, aún no lo sé, me gustaría tener tu seguridad.
- Hay mucho tiempo para que descubras qué te gusta, no te preocupes.
Lucas la miró impresionado. Nunca se había preguntado él mismo qué le gustaría hacer. Hasta entonces toda su vida estaba bastante dirigida, sus días, sus estudios, sus actividades, se habían regido por un estricto protocolo del cual recién empezaba a darse cuenta. Es cierto que hasta hace poco sus únicos anhelos eran jugar con su amiga Diana dos veces por semana, pero ahora ella tenía otros intereses y se daba cuenta que él también, aunque aún no los descubría.

Esa noche Lucas se fue a acostar con todas esas dudas dando vueltas en su cabeza. No pudo dormirse hasta muy entrada la noche, pensando. Siguió haciéndolo, y no se dio cuenta que estaba soñando hasta que su madre se le acercó por atrás y le tocó el hombro.
- ¡Vaya! Me asustaste, – le dijo Lucas – no te había visto. - El chico miró a su alrededor. Estaba sentado en el prado donde ya se habían encontrado en otras oportunidades. La brisa acariciaba su cara.
- Estás muy pensativo, hijo, ¿qué te preocupa? - le preguntó su madre, sentándose a su lado.
- Me he dado cuenta que no sé qué quiero, qué cosas me gustan. Quiero decir, si pudiera decidir qué hacer, en este momento, o mañana, o la próxima semana, no sé que elegiría. Si pudiera salir ¿a dónde iría? Si alguien me preguntar qué hago yo ¿qué contestaría?
- Que eres el Príncipe, por supuesto – le contestó su madre. - Tienes bastantes responsabilidades con eso.
- ¿En serio? Yo no lo siento así. Hasta ahora hago lo que me dicen, y como me dicen que debo hacerlo. No veo responsabilidades en eso.
- Bueno, pero aún eres un niño, no deberías preocuparte. Las cosas se irán dando de a poco. Lo importante es que estés atento y hagas lo que debes. En Nixia lo hiciste muy bien, tomaste decisiones cuando debías tomarlas, unas mejores que otras, es cierto, pero al final todo salió como debía. Si sigues haciéndolo, descubrirás tu camino – dijo su madre, abrazándolo.
- Creo que tienes razón, – contestó Lucas – supongo que en Silvana se me irán dando las oportunidades. Tal vez en las ciencias descubra qué me gusta. Será una buena oportunidad.
- Pero entiendo que aún no está decidido lo de Silvana – dijo su madre.
- Bueno, no, pero Eneas cree que es bastante probable. Incluso ya matriculó a Diana. ¿Tú sabes algo de eso?
- No, pero sólo digo que no deberías darlo por seguro.
Lucas no contestó. Hasta ese momento Silvana era la única alternativa que había considerado. Pero su madre tenía razón. Su padre aún no había decidido nada, y él no lo conocía lo suficiente para saber que pensaba. Se preguntaba cuál sería su futuro para ese año.

© 2011 Marcos Scotti D.

4 comentarios:

  1. ¡Hola! De nuevo yo por aquí jeje. No esperaba que empezaras a publicar tan pronto, ¡qué sorpresa! =)

    Muy buen inicio. Como dices, es más bien a modo de recordatorio, pero no se ha hecho nada pesado y sirve para refrescar la memoria ^^

    ¡Un saludo! :D

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  2. Esta chévere este comienzo, con Diana allí tendrá otras perspectivas.

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  3. Gracias opr esta entrega recien comienzo a leer tus historias, está interesante y amena cuando tenga una opinion mas completa te la daré... te invito tambien a pasar por mis blogs, actualmente publico dos historias una de ciencia ficcion sobre robots y otra de fantasia... de inmediato te sigo me lograste enganchar.

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  4. Hola Elisa, hola Amparo. Gusto de tenerlas de nuevo por aquí, espero que les guste esta segunda parte.

    Hola Zefiro. También es un gusto recibir nuevos lectores. Te recomiendo que partas por la primera novela, la dirección está en la Presentación (el menú de arriba). En todo caso es la misma deirección de acá, cambiando fuego por nieve. Estoy abriendo tu blog ahora, se ve bien así que leo y te comento.

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